lunes, 15 de abril de 2024

 



     LA TÍA COLA



     




La señorita Colombia Plaza Aguirre nació apenas empezó el siglo XX. Y murió apenas empezó el siglo XXI. Nunca se casó ni, mucho menos, tuvo hijos. 

Siendo muy niña, durante una estadía en la hacienda familiar, La Perseverancia, ubicada muy cerca de Guayaquil, presenció un parto y, desde entonces, optó por el celibato.

Cuando la conocí, en la década de los 90, yo tenía 22 años y ella estaba ya bien entrada en los 80. La recuerdo con su eterno peinado de moño alto, como una cebolla, en el pelo blanco inmaculado. 

El día que la vi por primera vez, le comenté a mi entonces novio (su sobrino nieto) que me parecía idéntica a la ancianita dueña de Piolín, el canario amarillo de los dibujos animados. Y así la recordaré siempre...

La tía Cola, el nombre con el que todos nos referíamos a ella, no hizo los estudios formales completos, aunque venía de una familia de patricios guayaquileños. Pues, en su época, no había la costumbre de que las niñas continuaran estudiando luego de terminar la primaria. Sin embargo, ella era cultísima y enterada de todo; autodidacta y lectora compulsiva.

Yo solía almorzar con ella y la abuela Lala (su hermana menor) todos los miércoles. Eran unos almuerzos lezamianos de cuatro platos y tertulia deliciosa... Cuando yo llegaba, la Cola me esperaba sentada en el sillón reclinable donde pasó sus ultimos años, tras una caída y una operación fallida en una de sus piernas, que le impidieron caminar por el resto de su vida.

Apenas yo entraba y saludábamos, ella sacaba una carpeta llena de recortes de periódicos, con las noticias de la semana que le habían llamado la atención... y una lupa. Su vista ya estaba muy deteriorada, pero sus ansias de leer eran más fuertes. 

Mientras esperábamos que nos llamaran a la mesa, ella repasaba conmigo temas de política, literatura, lo que pasaba en el mundo, el Clásico del Astillero (Emelec-Barcelona) y hasta boxeo.

En sus últimos años le iba a De la Hoya, aunque siempre repetía que "nunca habrá otro como Casius Clay". 

Hoy 15 de abril, la tía Cola hubiera cumplido años... No sé cuántos, pero más de 120. Mi homenaje para ella es mi recuerdo diario...



jueves, 7 de marzo de 2024

 






                


EL SOLDADITO




Si hay algo que me conmueve es la belleza... Soy sensible a ella, 
sé reconocerla... No puedo decir que de eso depende mi amor hacia alguien, no... ¡Pero la primera vez que me enamoré (de verdad) fue por los ojos! Los ojos físicos y los de la intuición... ¡Mi gran súper poder!

A pesar de haber estado en el mismo espacio por un par de días, no habíamos coincidido. Él y yo éramos parte de la grabación de una serie de cinco capítulos. Él era parte del elenco de actores, yo, solo una extra. 

Uno de esos últimos días de grabación, mi grupo fue llamado a la plaza principal del pueblo que habían construido para la filmación. Fui a paso rápido, sin saber que, en pocos segundos, mi vida cambiaría.

Llegué a la plaza, me coloqué en el lugar asignado y a menos de dos metros, hacia mi derecha, ¡estaba él, vestido de soldado medieval! ¡Sentí como si me atravesara un rayo! ¡Vi un relámpago y un arcoiris! El tiempo se detuvo y, casi, casi, mi respiración.

Me pareció tan lindo, que me dieron ganas de saltar de la emoción y abrazarle... Estaba parado con la espalda recta, la barbilla en alto y la mirada perdida... Perecía pensar en algo muy profundo o muy esquivo como el amor o la calma...



Y aunque el director grito: ¡Acción!, yo no podía dejar de mirarle y rogaba, en mi interior, que me mirara... Nunca lo hizo. Solo seguí viendo por largo tiempo ese perfil afilado y hermoso.

El rodaje terminó y nunca cruzamos miradas, mucho menos palabras. Vi que el grupo de actores de su ciudad subían al transporte que les llevaría al aeropuerto, y solo me quedó darle gracias al Universo por darme algo tan hermoso que ver, aunque fuera por tan poco tiempo.




El mágico soldadito de perfil afilado y hermoso se fue y yo me despedí de él para siempre... Nunca lo olvidé y nunca pensé volverlo a ver. 

Pero cuatro días después, al llegar a un evento escolar de mi hija menor, alcancé a divisarle cuando él bajaba las mismas gradas que yo subía. ¡Sentí una emoción indescriptible! Tanta, que le cerré el paso... A pesar de la sorpresa, él fue generoso y no huyó.

El soldadito medieval, de perfil afilado y hermoso, nunca más se fue de mi vida. Y hoy, que compartimos todos los días con sus noches, sé que es más lindo por dentro que por fuera...



martes, 31 de octubre de 2023

 


Un ser inolvidable


No digo que lo quise mucho, porque aún lo quiero... La gente muere, pero los sentimientos siguen vivos...

Siempre digo que hay gente que no debería morirse nunca, él es uno de ellos: Jaime José Fabre Plaza, mi suegro (no ex suegro, de él no me divorcié), mi padre para muchas cosas, mi amigo... ¡Un ser inolvidable!

Hoy es el día de su cumpleaños, habría (mos) celebrado sus 89 años, con una calabaza de Halloween, unos vinos y muchas risas. Pero Jaime-zito, como todos lo conocíamos, se fue hace casi un año. Este es mi homenaje a su vida.

A Jaime lo recuerdo siempre risueño, no recuerdo haberle visto enojado, aunque (un par de veces, tal vez) algo contrariado. Pero él era así, un tipo con una palabra siempre lista para la broma...

Lo conocí, sin querer, en una fiesta a la que asistí en su casa, sin imaginarme que tres años después sería su nuera, la mami Pau, como me llamó siempre. Lo recuerdo en shorts, con esas piernas delgadas como todo él y una palabra amable y divertida. ¡Fue amor a primera vista!


Alguna vez escribiré un libro y lo usaré de personaje, porque puedo pasarme horas y horas recordándole con mil y más anécdotas...

Cómo no mencionar su amor a Chile, donde estudió la universidad y cómo izaba la bandera de la estrella solitaria cada septiembre. Cómo no verlo en mi mente, preparando caramelo ¡con una paciencia! para los pasteles de Su pancito, la panadería familiar. El olor a caramelo inundaba toda la casa y siempre admiré su fuerza de voluntad, porque nunca le vi caer en la tentación de probar ni un grano de azúcar, pues su condición de diabético no se lo permitía.

Jaime-zito era famoso por izar otras banderas: una negra con una cabeza de calavera en el centro (como la de los piratas) cuando estaba enojado con alguien y no quería recibirlo en casa...  Y la bandeira verde amarela de Brasil, en los Mundiales de fútbol.

De él recuerdo y admiro su devoción por La Dolorosa, por San Judas Tadeo. Su amor por Lalita, su madre. Su adoración por Yoya, su esposa, mi suegra querida. Verle la sonrisa en los ojos cuando la miraba, siempre me conmovió. Cómo se reía de sus ocurrencias. ¡Ese amor que se notaba a leguas!


                                        

Ese cafecito negro y caliente que tomaba todas las noches con pan tostado, el jazz que cuando lo escucho me saca lágrimas. No he podido escuchar Take five, de Dave Brubeck, desde que Jaime murió, sin llorar por un buen rato..

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                 https://www.youtube.com/watch?v=vmDDOFXSgAs



Con él conocí a Miles Davis, a Gilberto Gil, a Caetano Veloso, a Pat Metheny, a Ivans Lins, a Candy Dulfer, a Les Luthiers... Fue un gran melómano y un gran maestro para mí. Me terminó de educar en la música y él sabe bien el gran trabajo que hizo conmigo... 

Él y la familia entera estaban llenas de dichos. Con ellos escuché, por primera vez, aquello de que "todo pie sucio, encuentra su zapato roto", cuando en algún momento hablábamos de que una pareja son tal para cual. 

Jaime nunca trató de educar ni de dar lecciones de nada, pero hablar con él siempre fue muy divertido. Sus frases eran lapidarias...

Recuerdo que una vez, mi cuñada menor llevó a la casa a su novio, con quien luego se casó y tuvo dos hijos. Quien nunca nos pareció muy brillante que digamos, y a quien se le notaba que quería (a toda costa) caerle bien a su potencial familia política... sobre todo al suegro.

Así que, un domingo, en la sobremesa del almuerzo, salió a relucir el tema de los bomberos. En Guayaquil ser bombero no es cualquier cosa. De hecho, aunque es algo muy riesgoso, es algo bien visto y que llena de orgullo a las familias de rancio abolengo. Recuerdo que hablábamos de alguien en particular a quien todos admirábamos (hasta Jaime) por su valor.

Y este chico, novio de mi cuñada, creyó capturar, allí mismo, la oportunidad de ganarse al suegro y expresó su interés por unirse a la sacrificada labor de los bomberos guayaquileños... Así que muy suelto de huesos y seguro de meter gol (me imagino) preguntó:


- Don Jaime, ¿y qué se necesita para ser bombero?

Jaime, quien tenía una intuición desarrolladísima y no se le escapaba ni una, respondió, sin inmutarse: ¡Tres fotos tamaño carnet y ser cojudo!...

El pobre aspirante fue por lana y salió trasquilado.


Ese era Jaime-zito, mi suegro, mi padre para muchas cosas... mi amigo. ¡Un ser inolvidable!

 

¡Feliz cumple Jaime!

 


sábado, 21 de octubre de 2023


EL ATAQUE ZOMBIE

Esta historia apareció el 7 de abril de 2014 en la revista digital La Barra Espaciadora. 

Es de mi autoría y está basada en mis vivencias....





Patrulla Zombi es un escuadrón élite preparado para una eventual plaga zombie. Somos profesionales en exterminio de zombis. Proporcionamos consultoría, capacitamos e informamos al público en general sobre la importancia de estar preparados para una inminente epidemia de consecuencias fatales. Nuestra premisa es no dejarnos agarrar desprevenidos, recuerde o los elimina o se lo comen. PORQUE CON NOSOTROS MÁS MUERTOS NO PUEDEN ESTAR.

 

(Del muro de Facebook de Patrulla Zombi)

 

–Tienes que apuntarle directo al cuello, ¡no te olvides! -le decía el Mono a su hijo de trece años. Mientras eso decía, sacaba, limpiaba y volvía a guardar en una maleta deportiva los pertrechos, armas, comida enlatada y herramientas que desde hace años atesoraba con sigilo, a la espera de que llegara la epidemia zombie. Mientras tanto, el monito chico lo miraba, disfrutando de lo que para él no era más que un juego. El Mono solía perder la paciencia ante la poca atención que su hijo prestaba a sus lecciones. Su pequeño debía ser capaz de sobrevivir a lo inevitable. Así le decía: sobrevivir a lo inevitable.

 

Otra mirada se sintió, súbitamente, dentro de la habitación donde transcurría por enésima vez esa rutina de limpiezaorganizaciónadiestramiento. Era la escéptica y potencial víctima, la madre-esposa… Al saberse observado con esa mirada de reproche y hastío tan conocida, el Mono continuó:

 

–Y, recuerda, hijo de mi vida, que cuando a la mami le muerda un zombie, ya no será la mami, será el enemigo, -tomó el machete que guardaba en la maleta e hizo hablar también a su cuerpo- ¡entonces, apuntas al cuello y le cortas la cabeza!

-¡Ahhhhh! ¡Busca oficio! ¡Deja de meterle tanta huevada en la cabeza al niño! -gritó la mujer ¡Y dame esas latas de atún antes de que caduquen, ve!

-¿Sabés lo que me da pena? -reaccionó el Mono, con la voz apesadumbrada y un acento gaucho salido de quién sabe dónde– Que cuando todo pase, vos vas a ser  la primera a la que le muerdan los zombies… ¡Y te vamos a tener que matar!

Ella conocía aquel discurso de memoria. El tema de la catástrofe era recurrente durante las comidas familiares y los argumentos que esgrimía él para convencer a los demás no eran triviales. Eran explicaciones con sustentos científicos que, para desesperación de la incrédula mujer, terminaban envolviendo a quienes participaran en una charla. En cada mudanza se repetía la historia: que el Mono revisara las puertas, las cerraduras, que se asegurara de que nadie pudiera cortar el suministro de agua potable, que las rejas de las ventanas, que los muros bajos, que las rendijas anchas, que los pisos falsos… La angustia ante la inminencia del apocalipsis zombie era al mismo tiempo una expectativa, una promesa.

A diario, el Mono repasaba el Manual de supervivencia zombie y World War Z (sí, la de la peli con Brad Pitt), que son las biblias de quienes creen en la posibilidad de un holocausto a cargo de muertos vivientes. Ambos libros fueron escritos por Max Brook, el hijo del famoso comediante y director de cine Mel Brook. Pero estos no son libros cómicos. Max vive de dar conferencias en las universidades más prestigiosas del mundo, alertando sobre el tema y captando más creyentes. Max es la inspiración del Mono.

La incrédula todavía recuerda cuando el Mono, en sus primeros años de romance, entre caricia y caricia, tomaba su cabeza entre las manos y hacía el ademán de mordérsela. “¡¡¡Brainnnnnns!!!!”, exclamaba… Años después, ella supo por fin que debía callar ante lo que parecía una batalla perdida. Para los padres del Mono y para su propia madre, esas excentricidades eran bromas inocentes de alguien con mucha imaginación y un gran sentido del humor, pero ella sabía bien que se trataba de algo muy serio, algo que ya no era fácil de manejar… Por eso, un buen día decidió cortarle la cabeza a la relación. Prefirió decapitar, antes que ser decapitada.

El ataque zombie aún no ha ocurrido, aunque el Mono crea que es solo cuestión de tiempo. Mientras tanto, usa el machete cada enero para cortar el árbol de Navidad ya seco y tener un poco de leña para encender la chimenea.


 

martes, 10 de octubre de 2023

 


Esto es lo primero que recuerdo


Tengo tres años. 

Abro los ojos y me pregunto: ¿Por qué? ¿Para qué? ¿Por qué hay que despertarse? ¿Por qué no podemos dormir eternamente?

Veo los ojos cristalinos de mi ma, jovencita... Esos ojos color miel, con destellos como azules, como dorados, como turquesas... Su sonrisa... Y un biberón lleno de leche con chocolate. Siento que despertarme valió la pena después de todo.

Recuerdo que el chupón tenía un agujero enorme... ¡Aún siento el sabor del chupón! Fui yo quien lo hizo a mordiscos, por días de días.

¡Me tomo la leche con chocolate con un placer inmenso!¡Fantaseo mientras lo bebo! ¡Casi me siento feliz!

Escucho voces, todos parecen apurados. De pronto aparece mi pa, jovencito él... Veo sus patillas grandes, sus bigotes de mariachi, sus largas y tupidas pestañas.

Él me pregunta si ya terminé mi biberón y me levanta en sus brazos... Acto seguido, mi ma me quita mi pijama calientita y siento un frío intenso. Me ponen un vestido celeste, un chaleco negro llenos de vuelos y me empiezan a peinar.

Me quitan unas vincha invisibles que tenía en el pelo y se suelta un bucle largo y rubio a cada lado de mi cara. Protesto a cada cepillada... ¡lloro!

Termina el tormento y mi pa se acerca con su sonrisa hermosa que le sale por los ojos... Me pone unas medias blancas con vuelos y unos zapatos con correas. Mi hermana ya está lista y corretea por el patio.

Llega mi tía Silvy con un peinado hermoso, sus ojos verdes maquillados. ¡Y pienso que está preciosa! Me da la mano y nos vamos a una iglesia.

¡Es una boda! Llega la novia, su velo es larguísimo y me parece una princesa... 

¡Me aburro! Se acaba eso que hacen allá adelante... ¡Nos vamos, nos vamos!

Llegamos a una fiesta y todo es de colores... Todos alegres, toman algo en una copa y no me dan... ¡Me aburro!

Mi pa me saca a un jardín hermoso y me deja correr. Hay unas jardineras con unas flores color naranja con el centro negro. ¡Quiero arrancar unas flores y mi pa, suavemente, me advierte que eso no se puede hacer... ¡Me asusto!

Corro y juego... Y corro y corro... ¡Me aburro!

¡Por fin se acaba esto! Nos vamos a casa. Me dan mi biberón, me duermo. ¡Es mi momento feliz!









jueves, 25 de noviembre de 2021

¡HE VUELTO! Porque nací para escribir...

 


Ya no soy la misma que en 2012, año en que escribí por última vez en este blog.. Soy nueve años más vieja... Pero sí soy mejor y más feliz y más clara y más responsable con mi trabajo... Y más yo...

Por eso he vuelto, por eso, hoy empiezo a opinar nuevamente, a decir lo que pienso, a decir lo que siento, a darle sentido a las cosas a través de las palabras... A ser Luz, con ese sexto sentido que me fue dado para servir...

¡Me doy la bienvenida nuevamente! ¡Y a ustedes también!

Y recuerden, no impongo ni pretendo imponer nada... ¡Es solo mi opinión!





lunes, 31 de diciembre de 2012

2012, EL AÑO DE LA SIEMBRA


       

Mis pequeños amados


En comparación al año pasado (2011) el 2012 fue generoso conmigo.   No puedo decir lo contrario, no me gusta ser injusta. Nada podrá devolverme a mi hermana, pero agradezco su presencia constante junto a mí y a mis hijos.  No ha sido un año fácil ni mucho menos, pero debo agradecer a la Gracia Divina por lo que mi karma le trajo este año.

Al 2012 lo considero el año de la siembra, por muchas razones, y espero con ansias los frutos en el 2013. Este ha sido el año en que varias cosas postergadas dejaron de estar postergadas. Yo había dejado pasar demasiado tiempo para resolver ciertas cosas que siempre fueron importantes, pero que por mucho tiempo fueron relegadas por las urgentes.
Quienes son parte mi círculo íntimo saben bien de lo que hablo y les agradezco, con mi alma, el apoyo que me han brindado en todos y cada uno de los pasos que he debido dar para lograr algunas cosas que hubieran sido difíciles y hasta imposibles de lograr sin su ayuda.

A este año le agradezco la manera en que he logrado la cercanía aún más completa con mis hijos. Le agradezco a la vida haber podido ser testigo de la evolución de José Miguel como músico. Ver su talento, su dedicación y su pasión me hacen sentir orgullosa y satisfecha. Me hace retroceder en el tiempo y verme a mí misma defendiendo lo que quería ser en la vida, pese a las opiniones contrarias. Admiro su valor, su amor por lo que hace y la fuerza de su convicción.

Le agradezco a la vida la felicidad que me regala, a diario, con Muriel Marie. Ella es tal como me dijo mi amado Maestro, Paramahansa Yogananda, que sería. Ella emana la luz que me dijeron que emanaría, pero verlo, ser testigo de ello, es algo que me sigue maravillando. !Gracias!

El 2012 ha sido el año en que decidí ser valiente y enfrentarme a mi futuro sola, en el mejor sentido de la palabra, aunque cuento con el apoyo de mis papás y como dice la Consue Aguirre: !qué haríamos sin nuestros papás!...  Me di cuenta de que hay cosas que no me dejaban avanzar y, dolorosa o no, la decisión de desprenderme de las cargas fue tomada. 

He tenido tanto trabajo, que sueño con una semana sin hacer nada, lo cual es una bendición. Incursioné en cosas nuevas, me probé a mí misma que el éxito es cosa de voluntad. Conocí a gente fabulosa a la que llegué a tenerle un gran cariño. Me refiero a mis chicos Educanet, en especial a Andrés y Salo. Pero sin olvidar a mis niños, que pudieran ser mis hijos, pero que terminaron siendo mis panas.

Este año, además, he disfrutado de la maravilla de la amistad. Le agradezco con mi alma a César Herrera por su inmensa ayuda con los asuntos del Jose. Lo que hiciste por nosotros no hubiera esperado ni siquiera de gente que tiene mi misma sangre. 

Gracias a la Consue (mi hermana de mi corazón) y al Jorge de la Consue, por estar allí, haciéndome barra, dándome ánimos cuando mis fuerzas para seguir adelante con la Operación H y S me abandonaban. Gracias a usted también, Cecilia, gracias por su confianza, por su cariño y su amistad. Espero poder retribuir su confianza en mí este año... Todos a cruzar los dedos!!!

Gracias por las laargas, a veces larguíiiiiisimas charlas, Albertina. Y por siempre estar pendiente y lista.

Toqui de mi vida, mi amada Pau, otra vez el karma nos separa, pero así mismo, seguramente pronto el karma nos volverá a reunir. Este será el año de estar lejos la una de la otra. No podremos abrazarnos, pero podremos vernos, verdad? Bueno, si de una vez por todas, aceptas mi invitación al Skype. Gracias a ti y al Kiko por haber sido mis hermanos del alma, por su ayuda y su cariño INMENSOS!

Perris, cuánto hemos llorado y cuánto nos hemos reído juntos por el chat, no? Qué manera de hablar tonteras!!! Sigamos haciéndolo, pero ya aprende a escribir bien en la tablet esa!!!

Juan Francisco, gracias por todo. Aún no termino de agradecer el haberte conocido.

Agradezco al Cosmos por cada risa de este año, que han sido muchas. Por cada hora de felicidad, porque sí, este año supe que la felicidad existe, aunque llegue y se vaya casi enseguida... No me pesa ni una de las lágrimas que derramé; fueron muchas, pero cada una fue derramada por una razón de peso.

Este año le agradezco a mi Maestro y a la Gracia Divina por demostrarme que 20 años no son nada (como en el tango) ni tampoco 23. Y que pase lo que pase y pase el tiempo que pase hay cosas que perduran, que son definitivas, aunque no sean necesariamente posibles. El solo hecho de sentir, hace que la vida valga la pena, al menos la mía.

Feliz año a todos, que sus deseos se cumplan, que sus decisiones sean tomadas por los motivos correctos, pero sobre todo, por sus propios motivos. 

Espero que el 2013 sea mi año y el año de ustedes. Salud!




sábado, 22 de septiembre de 2012

Desde que te fuiste




Su último cumpleaños, 17 de julio de 2011


Hay muchas cosas que ya nunca volverán a ser las mismas desde que te fuiste... Hay mañanas en que me despierto y pienso que todo lo que pasó, desde ese 16 de septiembre de 2011, fue un mal sueño.Y cuando espero el alivio que se siente al abrir los ojos, aterrizo y me doy cuenta de que este no va a  llegar.

Desde que te fuiste me di cuenta de cuánto te amaba y de las pocas veces que te lo dije... Eso de amar y no decirlo es un error que se paga caro. Ese miedo a parecer cursis o a no recibir la misma respuesta hace que dejemos pasar oportunidades valiosas y, luego, ¡cómo pesan! Eso de dejar pasar el tiempo y no decirle o no demostrarle a quien amamos que lo amamos es un verdadero pecado. El miedo es un lastre, ¿qué podemos perder al decidirnos a querer a alguien a pesar de todo? Nada... 

Desde que te fuiste me di cuenta de que la lucha por la vida debe ser enfocada a dar a cada persona lo que esta debe recibir. A nuestra pareja, familia y amigos, el amor y el respeto más grande. Tratar de hacer cada de día una jornada de paz, de alegría... La vida es corta, la eternidad es infinita. Construir recuerdos buenos, despojarnos de egoísmos, dejar de pensar que somos el centro del Universo. No, no lo somos, solo somos un minúsculo grano de arena en la inmensa playa del Cosmos. Si todos nos diéramos cuenta de esto, el mundo sería un poco más amable y tuviéramos menos cosas de qué arrepentirnos.

    Con su nieta Luciana y su sobrina-hija Muriel Marie

Desde que te fuiste me he puesto a pensar que uno no se lleva nada al pasar a la siguiente vida, solo nuestras acciones y sus consecuencias. Que tener de más no sirve de nada... Que lo que debe quedar de nosotros son los recuerdos; el tuyo me quema por dentro, el tuyo no se va. Tú sigues viva en mi corazón. Tú dejaste un recuerdo tan fuerte que hace que tu vida haya valido la pena.

Desde que te fuiste le perdí el miedo a la muerte... Ver la expresión de paz que adquirió tu rostro cuando se apagó tu corazón, me hizo pensar que hay mejores cosas al otro lado... Morir ya no me da miedo, pero si me aterra el dolor que uno deja detrás. El dolor de quienes nos aman, ese dolor que nunca termina. Uno, definitivamente, debiera morirse de viejo... cuando realmente ya se cumplió la tarea y no se le hace demasiada falta  a nadie... 


                                                                      No está triste, solo atenta...

Desde que te fuiste me di cuenta de que, como la vida es corta, hay cosas que se deben apurar. Que debo dar por finalizadas las cosas que no me aportan... Que hay que seguir adelante sin que nadie nos obstaculice el camino con su egoísmo o su indolencia. Me di cuenta que hay que ser más valientes de lo que pensamos que podemos ser. Que las cosas postergadas debe dejar de estar postergadas, que la vida es aquí y ahora; que lo que no consiga será porque no lo intenté... Que lo único que no tiene remedio, textualmente, es la muerte.

         Un día de campo feliz, la Ati y la Muri

Desde que te fuiste decidí olvidarme, sin embargo, de los rencores y pensar que cada quien tiene sus razones para hacer o dejar de hacer... Pero decidí, también, que al hacerlo debo ser cauta y no dejarme usar, no convertirme en la piedra de salvación o de choque de nadie.

La vida sigue y yo decidí seguir con la mía, pero no ha sido fácil... No sé cuándo deje de llorarte. No sé si algún día podré pasar por el edificio Noruega y no llorar al ver las luces encendidas en el sexto piso...
No sé si algún día pueda volver a ciertos lugares, a donde íbamos juntas, y mantener la calma...
No sé si algún día se me vaya el enojo que siento cuando, de golpe, me acuerdo que te fuiste...

                                                                          La Muri con su Ati

Lo que sí sé es que un año después, aún sigues dando vueltas por aquí... Pero tengo el consuelo de que, cuando me asusto al verte (de reojo) pasar a mi lado, siempre estará Muriel para decirme: sí mami, la Ati siempre anda por aquí...



martes, 14 de agosto de 2012

Sobre decir mucho y hacer poco...

Esta columna salió el 21 de abril de 2012 en el diario El Universo, de Guayaquil. La pongo en este blog para no olvidarme que algún día la escribí...



Más fácil decirlo que hacerlo





Paramahansa Yogananda, mi amado Maestro
1883-1952 

No creo ser la única persona en esta ciudad, en este país, en este planeta, que en los últimos tiempos se haya preguntado, insistentemente, por qué pasa lo que pasa, con nosotros, con nuestros semejantes, en las calles, dentro de los hogares… con nuestros gobernantes. Por qué tanta infelicidad, tanto disgusto, por qué tantas acciones y reacciones extraviadas, por qué tanta violencia. Por qué tanta injusticia y tanto desequilibrio. ¿Será que atravesamos por una racha de mala suerte o un periodo oscuro? En ocasiones escucho a la gente decir que antes todo era distinto y que el pasado fue mejor. Y pienso: sí y no. A veces el pasado sí fue mejor porque éramos niños despreocupados y no nos dábamos cuenta de muchas cosas… Pero, sobre todo, creo que todo tiene que ver con el egoísmo, con el vacío y con las prioridades mal entendidas, mal escogidas y mal canalizadas, y eso ha existido siempre. Paramahansa Yogananda, el sabio yogui de la India que trajo las enseñanzas del yoga a América, ya hablaba de esto en los años veinte. Él solía decir que los humanos despertamos, vivimos, dormimos y volvemos a despertar pensando en cómo llenar nuestras vidas, pero que “incluso si la vida nos diera, de golpe, todo lo que hemos deseado: riqueza, amigos, poder; al cabo de poco tiempo, de seguro, nos hartaríamos y quisiéramos algo más”. 
Y creo que allí radica la infelicidad que palpamos a diario en las cosas que suceden en el mundo, que nos estremecen y espantan, como si fueran ajenas a nosotros: deseamos demasiado, pero hacemos casi nada para conseguir aquello que deseamos. O hacemos exactamente lo contrario… Y algo más: decimos mucho, pero hacemos poco. 


 Simone Weil, filósofa, mística y activista política
  1909-1943


A eso solía referirse, también, Simone Weil, la filósofa, mística y activista política francesa, cuando decía que “el hombre más realizado, el más verdaderamente humano es aquel que es, a la vez, trabajador manual y pensador”. Pero para eso debemos dejar de ser egoístas; porque las cosas se hacen haciéndolas, no soñándolas ni deseándolas cómodamente. Es posible que si dejáramos de lado nuestras convicciones de que cuanto más tenemos mejores somos; cuanto más compramos más felices nos sentimos; cuanto más nos satisfacemos (materialmente o a través de nuestros actos egoístas y de nuestra falta de compromiso) más consecuentes somos con nosotros mismos. Cuando lleguemos a la conclusión de que el mundo no gira a nuestro alrededor y solo somos un grano más de arena en esa playa inmensa del cosmos; posiblemente, solo posiblemente, las dosis de violencia, de infelicidad y de injusticia, en el mundo, bajaran… 

Isaura María Simu
1942 -2007

Isaura María Brandt (o Isaura María Simu), mi maestra y amiga, dijo alguna vez que cuando decidimos que nuestra vida no tiene sentido, es porque nosotros no le hemos podido encontrar su verdadero sentido. Por no tomarnos el tiempo para mirarnos nosotros mismos a la cara y ver que la trivialidad, la indolencia, la pasividad y el egoísmo se han instalado en nosotros cómodamente. Estoy consciente de que mucho de lo que está escrito en esta columna es más fácil decirlo que hacerlo… Sin embargo, aspiro a que el ponerlo en blanco y negro sea un paso hacia un cambio…

sábado, 11 de agosto de 2012

Nostalgia II






No sé si a otros les pasa,  me imagino que sí; pero, particularmente, siempre he dicho que todos mis recuerdos tienen un olor y/o una canción... Lo del "y/o" es porque pueden tener ambos o solo uno de ellos. Y la forma en que vienen a mi memoria puede ser por demás curiosa, en el momento menos pensado, sin planificar, sin querer... 

En mi Ipod tengo casi 200 canciones (el soundtrack de mi vida, suelo decir) y cada una de ellas tiene una historia, una anécdota, una vivencia con la que la relaciono. Doscientas canciones abarcan 42 años de recuerdos, ¿serán muchas o serán pocas canciones? Ahora que lo pienso, no sé bien cuál puede ser la respuesta a eso.

Respecto a los olores, lo cierto es que nunca, nunca he olvidado el olor del metro de París, por ejemplo, o el de las crêpes que vendían en las calles de esa ciudad  y que solía comer con tanta emoción en ese invierno en el que viví allí con mi madre y mi hermana cuando era niña; o el de la boulangerie a la que mi mamá nos mandaba a comprar  una baguette, para el desayuno. O el olor de los choclos recién cosechados en El Quinche, que hervían maravillosamente en la cocina de mi abuela, en los tiempos de mi niñez. 

El recuerdo de Sylvia Lennan llega corriendo cuando, por casualidad, percibo el olor de Obsession, el perfume de Calvin Klein. Y vuelvo a ser la madre asustada, pero hechizada por la belleza de su hijo, cuando huelo un suavizante de ropa en particular. Su olor está ligado al recuerdo de José Miguel, mi hijo mayor cuando era un bebé, de su ropita, de su presencia... Y, hace muy poco, me estremeció darme cuenta de que cada persona tiene un olor, que aunque es único e irrepetible (y por lo tanto imposible de comparar con el de otro ser humano) puede permanecer guardado en lo más profundo del subconsciente y salir, de pronto, cuando la persona dueña del olor aparece de la nada, cuando ya ni siquiera esperaba que apareciera de nuevo... Y qué decir del olor de mi hermana, aún presente en las cosas que conservo de ella, casi un año después de su partida...

Hay olores y/o canciones que me hacen llorar cuando me transportan al pasado y revivo, a través de ellos, las cosas buenas y algunas no tan buenas también, por supuesto. Pero yo soy una mujer de nostalgias, así que si lloro es seguramente porque el recuerdo es maravilloso. 

Para mí el olor y la música son referencias inevitables de las cosas vividas y por eso son tan importantes. Por esa misma razón, hay dos libros que me encantan, pues hacen alusión a los olores y a las evocaciones que estos traen. Uno es El Perfume, esa maravilla de novela que gira en torno a un ser sin alma, al que lo único que le conmueve (para bien o para mal) es el olor de las cosas y las personas... 


El otro libro, mi libro de cabecera (después de la biografía de mi amado Maestro) es El amor en los tiempos del cólera... Hay dos pasajes de ese libro que me fascinan. En uno de ellos, uno de los hijos de la protagonista, Fermina Daza, se esconde en la gran  casona donde vivían y, pese a que el ejército de sirvientas trataba de encontrarlo, no fue posible dar con su paradero, por horas. Hasta que Fermina llegó y, tras dar una vuelta por la casa, lo encontró, al primer intento, dormido dentro de un armario. Le preguntaron que cómo lo logró y su respuesta es un poema: "por el olor a caca".
En otro de los pasajes, la misma Fermina sabe que algo pasa en su matrimonio, algo, no sabe bien qué es, pero su intuición le advierte de un peligro inminente. Huele obsesivamente la ropa de su esposo cuando se la saca por la noche y "siente" ese algo que no le deja vivir. Meses después, agobiado por la culpa, él le confiesa que ha estado viviendo un amor prohibido con la hija de un pastor bautista, una antillana esplendorosa... Cuando terminó de escuchar el relato, ella dijo algo magistral: "Sólo ahora lo entiendo: era un olor de negra".



En mi opinión, el olfato es un sentido que no da segundas oportunidades, yo lo veo como un sentido muy ligado a la intuición. Uno no se equivoca al oler: a uno le puede engañar la vista, el oído, hasta el gusto... pero el olfato? No... Es por eso que entra en el subconciente de una manera tan fuerte, tan exacta, tan profunda. Es un sentido relacionado con nuestros instintos animales, si no, no funcionarían las feromonas, ni existiría gente como yo. García Márquez lo sabía al crear este personaje con ese olfato poderoso: la bella Fermina Daza, con su andar de venada... 

En cambio el tema de la música es algo más etéreo, más del alma, más de los sentimientos... Y por eso también es importante para mí. Sin música mi vida sería aburrida y vacía, sin color. 

Los que me conocen bien saben que no soy precisamente patriótica, y que no siento que soy de ningún lugar en particular. Pero pocos (creo que mi papá y mi hermana) saben que si algo tiene el poder de revolverme el estómago es escuchar el Himno Nacional del Ecuador... Suena a blasfemia, lo sé, pero hay una razón por demás lógica para eso. Aquí les cuento: cuando era  adolescente solía ser muy buena alumna y, muchas veces, me quedaba hasta muy tarde haciendo mis tareas. Yo solía hacer mis deberes en mi habitación (en una base aérea que daba a una gran y transitada avenida de Guayaquil) y mi papá me acompañaba en esos trances, desde su habitación, mientras dormitaba con el televisor prendido. Yo sentía su compañía, y saber que estaba pendiente de que terminara las tareas y me acostara, por fin, evitaba que me sintiera sola y me estresara. Pero, a veces, tenía tanta tarea o era tan difícil terminar mis ejercicios de Matemática, que las horas pasaban y pasaban y sucedía  lo inevitable... En esa época no había televisión por cable y la programación de los pocos canales que existían en el país terminaba a las 12 de la noche en punto. Y (los que tienen mi edad deben saber la respuesta) ¿saben cómo los canales daban por finalizada la programación? con las notas del Himno Nacional del Ecuador. Cuando yo lo escuchaba me entraba un pánico terrible... era medianoche!!!! demasiado tarde para estar despierta!!! Por esa razón, aún ahora, cada vez que lo escucho,  inevitablemente vuelvo a sentir esas punzadas de pavor y vuelvo a ser la adolescente aterrada que no había terminado la tarea y ya debía irse a dormir...

No puedo dejar, treinta y tantos años después, de escuchar Alturas, el hermoso tema de Inti Illimani, sin sentir, vívidamente, que estoy, sentada en la alfombra negra de la sala de un pequeño departamento parisino, rodeada de los libros del boom latinoamericano y viendo nevar por la ventana... Puedo sentir a mi lado a mi hermana, sentada con un libro (seguramente de Bioy Casares o Vargas Llosa) en las manos, con un poncho de colores y acurrucada muy cerca del calefactor...


 
De esa misma época vienen recuerdos con Cuartetas de diversión, de Isabel y Ángel Parra. Lo encontré en you tube y fue inevitable tener ocho años otra vez...






... No puedo evitar escuchar Zamba para olvidarte y acordarme de un almuerzo en el departamento, recién estrenado, de mis tíos Laura y Alfredo. No recuerdo, otro almuerzo familiar, de hermanos, tíos y primos, tan alegre, apacible y armonioso como ese. Estábamos todos los que debíamos estar y nos sentíamos contentos de estar juntos. Yo tenía 12 años... Esta no es la versión original de mis recuerdos, pero me gusta mucho. La original no pude encontrarla...


 

Pero no todos mis recuerdos tienen más de 30 años... Como dice Joaquín Sabina, "no hay nostalgia peor, que añorar lo que nunca jamás sucedió" y eso me pasa cuando escucho Con la frente marchita, la canción de Sabina; pero cantada por Adriana Varela;en una versión que inevitablemente me recuerda a mi Joaco Wappenstein, ese que no es mi hijo, solo por un pequeñísimo detalle: no estuvo en mi barriga.


 

 Y no puedo escuchar a Charlie García, sin recordar a otro Wappenstein, mi amado Juli, mi hijo de mi corazón... O Lemon Tree, sin recordar a mi compadre, Carlos Justo del Carril...


 

Y tampoco puedo evitar sentir una inmensa pena cuando escucho Just the two of us y pensar que, después de todo, nunca fuimos just the two of us...





 Y así hay cientos de canciones que me transportan a lugares, fechas, recuerdos, vivencias... Contarlo todo me tomaría semanas o meses. Y no creo que todo el mundo tenga ni tiempo, ni paciencia para leerlo. Pero hay algo, con una canción en especial, que no entendí hasta hace algo así como dos meses:  Vértigo.



 





 La escuché, por primera vez en 2001 y me encantó. Es una canción de Ismael Serrano (un amor compartido con mi alma gemela, la Pau Bucheli). Él, en 1997, sacó un disco que se llama Atrapados en Azul, donde está esta canción y cada vez que la oía, que escuchaba su letra, inevitablemente, me daban una ganas inmensas de llorar...



La historia es triste a más no poder, triste, pero hermosa... Y como yo siempre he sido una mujer de amores platónicos, no correspondidos o de lejos,  pensé: claro, es parecido a lo que sientes con Penélope, la del bolso de piel marrón.



Sin embargo, solo diré algo más: deben existir los universos paralelos... Y en uno de ellos, yo le dicté la letra de Vértigo a Ismael Serrano. Ni bajo pedido hubiera quedado tan bien, tan exacta. Citando a alguien, concluyo diciendo que "es increíble cómo una canción puede ser tan gráfica con respecto a los recuerdos del pasado, que se hacen presentes muchos años después". Mi himno, mi historia...


Y con esto me voy a preparar galletas para mi hija Muriel Marie, para que el aroma inunde la casa y el recuerdo de mi amada Yoya, mi mamá política, nos acompañe, hasta tenerla otra vez con nosotros...
  

viernes, 30 de diciembre de 2011

EL PEOR AÑO DE MI VIDA




Desde aquel 16 de septiembre de 2011, a las 03h12 de la mañana, en el que mi vida dio un vuelco del que aún no me recupero (y no sé si lo haga algún día), me había resistido a abrir este blog y empezar este post... Hay demasiado dolor y demasiado de ese amor que duele y desgarra, pero no hay plazo que no se cumpla, ni deuda que no se pague. Así que estoy aquí, dando la cara y pagando la deuda, escribiendo sobre el saldo dejado por este 2011: el peor año de mi vida.


El 2010 terminó y el 2011 empezó con un "fracaso estrepitoso" en mi trabajo, con olor a ridículo (por parte de quienes lo calificaron de fracaso estrepitoso, claro) que me hizo conocer el dolor que produce el no haber logrado la meta impuesta: el dolor del perdedor.

Luego vino una visita al médico, que me aterró, y que dio lugar a la primera operación de mi vida (aparte de mis dos cesáreas)... Semanas más tarde el miedo y la rabia de la enfermedad de mi hermana, su entrada al hospital, en febrero, la preocupación una vez más...

Marzo llegó en una tabla de skate y en esa misma tabla llegó la lesión de la rodilla de Jorge, mi marido, que dio lugar a una operación difícil, desde todo punto de vista, y una larga convalecencia que puso a prueba su fuerza de carácter y la fuerza de nuestra relación de 19 años...

Jorge y Muri, de compras en silla de ruedas


Y cuando todo parecía empezar a marchar y las aguas parecían estar volviendo a su cauce, ella se fue... Mi hermosa hermana, tan amada como incomprendida por mí, se fue y con ella un pedazo de mí misma... Nunca voy a olvidar esa llamada, a las 03h12, en la que me comunicaban que había sufrido un infarto masivo y que iba camino al hospital... A las 03h24, al llegar (no sé cómo) al hospital la vi y hablé con ella por última vez... Me consuela pensar que, al menos en esa ocasión, le brindé mi paciencia y todo el inmenso amor que siempre le tuve; que se fue sabiendo que la quería...

La Muri y la Ati, madre e hija por siempre


Seis días después, a las 02h05, partió con su rostro en paz, mis bendiciones y peticiones, dejándome sumida en un dolor desconocido, indescriptible, desgarrador, pero al mismo tiempo liberador, pues liberó de mi corazón mis verdaderos sentimientos, mi verdadera esencia... me dejó desnuda e indefensa, pero llena de amor. La falta que me hace es espantosa, la siento cerca, con su olor presente en todo momento, con su risa, sus dichos... la veo en todo, en el rostro de mi hijo, en los ojos de mi sobrina, en las frases de mi hija menor, que fue como su hija, en las canciones que escuchábamos, en el aire...

Me imagino que la desventura de este año tiene que ver con mi karma y, por eso, he tratado de tomar cada golpe con la sabiduría que intento conseguir de la meditación y de las enseñanzas de mi amado Maestro Paramahansa Yogananda (http://www.yogananda-srf.org/), la mayor fuente de consuelo y amor que he encontrado en mi vida, después de mis hijos...


Un año espantoso, un año de porquería... pero un año generoso en vivencias que ni el dolor ni la tristeza deben dejar de lado... Lo pasado en este año espantoso y lleno de sinsabores hizo que conociera con quién cuento y con quién no... Me hizo saber quiénes me quieren bien, quiénes no me quieren, quiénes son mis amigos, quienes no pasarán de ser mis conocidos o mis compañeros de trabajo... Me hizo estrechar los lazos con mis padres y recuperar a mi segunda madre, Laura y a mi hermana del alma, Angie... Así que, a pesar de todo, tengo mucho que agradecer... y ya que procuro, a diario, ser lo más justa posible haré una lista de mis bendiciones hechas personas (el orden en el que van no quiere decir nada en particular):

  • En este año difícil decidí, gracias a mis desventuras laborales, convertirme en independiente y abrirme camino por mí misma, con bastante éxito hasta ahora. De la mano en esta aventura ha estado Albertina, a quien le agradezco su ayuda desinteresada para abrirme paso en este mundo tan competitivo. Y le agradezco también el haberme dado (y yo, a mí misma) la oportunidad de conocer al ser humano que hay más allá de la jefe que conocí en Líderes... A la persona generosa y buena amiga, al ser humano de gran inteligencia, pero también de flaquezas, que la hacen más humana aun. Gracias por tu amistad y tu compañía en medio del dolor de la pérdida de mi hermana.
  • Este año, una persona que creí que era especial, buena gente, generosa y llena de calidez, resultó que sí, sí lo era. Juanito Palacios, te agradezco en el alma por cada palabra llena de sensatez que me has brindado en este año, por cada vez que te has calado mis lágrimas o mis chistes malos, jajaja!!! Es un honor ser tu amiga, si algo bueno me ha traído este año ha sido tu amistad...
  • Consuelito Elizabeth, ¿quién dijo que el amor de lejos no es posible? entre nos, ahora ya sabemos que sí lo es... Aunque a miles de kilómetros de distancia, tu cariño y tu consuelo me han acompañado con la misma tibieza que si estuvieras aquí... Espero tu regreso, pero al mismo tiempo disfruto vía email tu estadía por allá y tus vivencias...
  • María Liz... sin tu terapia express, durante esos seis días de terror en el hospital con mi hermana enferma, me habría vuelto loca o habría terminado asesinando a alguien... Sé que cuento contigo y siempre, siempre puedes contar conmigo...
  • Querida Yoyita, usted ha estado conmigo en las buenas, las malas y las pésimas... Y eso hace que seamos más madre e hija y más amigas que quienes lo son de sangre o tienen las mismas edades... Gracias por su apoyo, su cariño y su consuelo.
  • Belencita Arteaga, el destino nos juntó en esa sala de espera del hospital y debe ser por algo, ¿no? Gracias por tu cariño inmenso, por tu apoyo aunque en esos días, tú también estabas sufriendo...
  • Andre Thome, tu generosidad me hizo seguir adelante cuando pensé que ya no podría. Gracias por tu energía y tus bendiciones!
  • Pancho Ortiz, gracias por la confianza que tienes en mi trabajo y por tu cariño y solidaridad... Este año es el del triunfo, ya verás!!!
  • Y gracias Jorge, por aguantar mis llantos súbitos, sé cuánto te cuesta soportar el dolor ajeno... Gracias por llorar, conmigo, a nuestra Lu... Gracias Jose y Muri, por hacerme tan inexplicablemente feliz aun en la desdicha...
Espero con ansias la partida del 2011, con la certeza de que el 2012 es el año de mis logros y de mis esperanzas. Este año conseguiré lo que he estado aplazando y ya es hora de lograrlo. Feliz año a todos... Feliz año, ñaña, allá donde te preparas para seguir tu camino hacia el Nirvana, sigue junto a mí y déjame seguirte sintiendo como hasta ahora. ...


Feliz 2012!!!!!!!!!!!!!














martes, 19 de octubre de 2010

JOSÉ, MI COMPAÑERO




Hoy, mientras escribo esta nueva entrega de mi blog, me transporto 13 años atrás y me recuerdo a mí misma con una gran barriga y mucho miedo e ilusión al mismo tiempo. Estaba a punto de tener a mi hijo José Miguel y no me sentía, en absoluto, preparada para toda la responsabilidad que se me venía encima.
Me había casado dos años antes y, fiel a mi forma de ser de entonces, había planeado meticulosamente que tendría un bebé cuatro años después... Ahora sé que solo Dios y el karma deciden lo que será de nosotros... así que un día, llena de terror, dada mi condición de mujer independiente y controladora, recibí la noticia de que estaba embarazada...

Soy totalmente honesta la contar esto, sobre todo con José Miguel, porque él más que nadie en el mundo sabe cuánto amor ha llegado a caber en mi corazón hacia él... Salí del consultorio del médico y con mi gran amiga Sylvia Lennan, no sabíamos si saltar de la emoción o desmayarnos del susto...

Pero todo cambió cuando me hicieron la primera ecografía... lo vi de siete semanas y su corazón había empezado a latir... Creí que me iba a morir de amor!!!! esa cosita del tamaño de un fréjol me iba a cambiar la vida radical y literalmente. Y no dudo al decir que hizo de mi vida más completa, aunque no soy partidaria de aquello de que la maternidad le hace feliz a uno como por arte de magia... Estoy convencida que ser mamá no es para todo el mundo. Pero a mí me tocó y doy gracias por eso.


Primer Halloween de José Miguel (octubre de 1998) 

Ayer, Jorge y yo tuvimos una cita familiar con el tutor de José en el colegio. Y claro, hubo cosas que hay que ajustar, pero definitivamente hay muchas que celebrar. Mi hijo no es perfecto, pero tiene demasiadas cosas de las cuales me enorgullezco: es honesto, bueno de corazón, capaz de ponerse en los zapatos de los demás. Incapaz de hacer daño deliberadamente. Es gracioso, con gran sentido del humor y con un talento indiscutible...

Con Jorge le hemos dado muchas armas para que se defienda, pero no creo que debamos armarle demasiado. También tendrá que sufrir, a veces, como todos. Le hemos enseñado lo qué es bueno y lo que no... pero todavía le faltan cosas por descubrir y tendrá que hacerlo solo. Espero que sea capaz de detenerse a pensar dos veces antes de tomar las decisiones que tenga que tomar. Pero estoy segura de que algo sí le hemos marcado hasta la saciedad: que sea honesto y limpio de corazón, así tenga 99 años...

Del Jose debo destacar su capacidad para dolerse por los demás. El ha sido el más perfecto compañero en la pobreza y en la no pobreza (no digo riqueza, porque aún no me ha tocado). Él y yo hemos pasado tantas cosas buenas, no tan buenas, malas y pésimas... y nunca me ha faltado un abrazo o una caricia de su parte. Recuerdo que, por un tiempo, éramos solo los dos y vivíamos en una casa bastante fea, fría y pequeña... Nunca se quejó y siempre le vio el lado divertido a las circunstancias. Recuerdo, también, cómo años después,  me cuidó con tanto amor durante los 15 días que estuve en cama para evitar perder el bebé que esperaba y que finalmente se fue...


Jose y Pau en los tiempos de la casa fría, fea y pequeña (Quito, 2002)


Cuando "trabajábamos" juntos en Mac Donald`s, ¿te acuerdas Jose? Cuando hacíamos adornos navideños para vender, en la época en que me quedé sin trabajo; o cuando me acompañaba a trabajar en Vistazo, nos daba la madrugada y se dormía en un sillón, tapado con todas las chompas de mis compañeros... Pero siempre con una sonrisa...

Si de algo me siento orgullosa es del hecho de nunca habernos separado... Hemos estado juntos en las buenas y en las malas... Como debe ser, como deben estar las mamás y los hijos. Y sé que mañana, cuando sea un hombre, no reclamará por lo poco que pude darle, pero sí estará seguro de que siempre lo amé...

Te amo desde que te vi en esa pequeña pantalla, te amé cada día de estos 13 años y te amaré por siempre, mi amor...